La ansiedad se define en psicología como una emoción básica ya que forma parte de la equipaje emocional de todos los seres humanos. Se trata de una estructura cognitivo-afectiva que pertenece a nuestro sistema defensivo motivacional, y es considerada una aportación muy valiosa del desarrollo evolutivo de nuestra especie.
La ansiedad consiste en un sofisticado sistema de procesamiento de la información, que se encarga de organizar de la forma más eficaz los recursos de una persona ante una situación que se considera peligrosa. La ansiedad es, por tanto, un proceso emocional normal, adaptativo e imprescindible para la vida.
El problema aparece cuando la ansiedad pierde esa capacidad protectora para el ser humano y se convierte en un problema en sí misma. De una forma simple podemos decir que el cerebro intentando protegernos nos crea un problema con su estrategia de protección.
Desde una perspectiva evolutiva puede considerarse que los trastornos de ansiedad son fallos de este proceso adaptativo que supone la propia respuesta de ansiedad. Los principales trastornos de ansiedad recogidos en los manuales de diagnóstico psicopatológico al uso, cómo son el DSM5 (APA, 2013) y el CIE-11 (2018) son: el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias, la ansiedad social, o la
Entre los déficit de adaptación que es posible detectar en los diferentes trastornos encontramos que en el caso del trastorno de pánico podría identificarse una gran reactividad psicofisiológica, junto a una interpretación inadecuada de las sensaciones corporales (creer que está a punto de darnos un infarto cuando solo es ansiedad); en el caso del trastorno de ansiedad generalizada hay una preocupación excesiva por diversos temas; en el caso de las fobias específicas es posible identificar un miedo muy desmedido a estímulos y situaciones que han sido muy relevantes para la especie (agua, alturas, animales, sangre, etc.); en el caso de la ansiedad social, existe una excesiva focalización de la atención en la propia capacidad para el afrontamiento de la situación social, que evidentemente resta recursos para el afrontamiento.